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Los agujeros del queso en el mapa de las estaciones de recarga

PIET HOLTROP I Abogado internacional en el ámbito de las energías renovables y Fundador de EquanimityEnergy


Ciberataques fruto de tensiones geopolíticas, más intensidad y frecuencia de incendios forestales a causa del cambio climático, problemas de seguridad de suministros energéticos como consecuencia de la guerra en Europa y el reto de la transición energética. Estos acontecimientos se materializaron en el mundo estos últimos años y tienen impacto en nuestra movilidad, economía, sociedad digital, energía y en nuestra seguridad de suministro en la sociedad española. No son meros futuribles, sino realidades a las que tenemos que adaptarnos cuando implementamos el AFIR.



El Reglamento (UE) 2023/1804 es aplicable a partir del 13 de abril 2024

El Reglamento (UE) 2023/1804, relativo a una infraestructura para los combustibles alternativos entró en vigor el año pasado y será aplicable de forma directa en todos sus elementos y en todos los Estados Miembros a partir del próximo sábado 13 de abril 2024. Los Reglamentos Europeos no precisan de transposición, pero tienen el mismo efecto que una norma con rango de ley o cualquier otro rango.


Los hitos 2025-2035.

En poquito más de 20 meses a partir de su aplicabilidad, el 31 de diciembre 2025, tenemos que disponer de un hub de recarga cada 60 kilómetros en las carreteras RTE-T, como por ejemplo la E-15 de Inverness a Algeciras, en su tramo español conocida como AP-7. Para turismos se tendrá que disponer de por lo menos 400kW, y al menos un punto de 150kW, mientras para camiones al menos un hub de 1.400kW, con al menos un punto de carga de 350kW, en las mismas distancias.


Dos años más tarde, el último día del 2027 esta potencia tiene que verse incrementada hasta 600kW para turismos, y 2.800kW para pesados. Significa que para turismos la potencia instalada crece un 50% en comparación con el anterior hito, mientras para pesados el incremento es del 100%.


Del 2027 al 2030 el objetivo para los vehículos pesados sigue un incremento lineal hasta 3.600kW por cada 60 kilómetros, tres veces la potencia que deberíamos tener en estos 20 meses.


¿Más de 1.200 hubs de 3.600kW?

Según los cálculos que hizo AEDIVE estaríamos hablando de por lo menos 1.200 hubs de recarga para camiones eléctricos en el año 2030, en su conjunto de una potencia de por lo menos 4.320MW. En su propuesta para una hoja de ruta de la movilidad eléctrica propone empezar con 80 estaciones para el 2025, y evolucionar hacía 365 en el año 2030, cumpliendo los mínimos que AFIR permite.


Según AEDIVE, el transporte por carretera en España supone un consumo de más de 300 TWh, que se podrían reducir a la mitad si se electrificara el parque rodado.


Electrificación de demanda

La demanda eléctrica de España en el año 2023 ha sido de 244TWh. Con la electrificación de la demanda del parque rodado añadiríamos unos 150TWh, un incremento de más del 61%. De este incremento, la proporción destinada a cargas de oportunidad, las suministradas en estos hubs de recarga en ruta, podría coincidir en la mayor parte de su volumen con la curva de producción fotovoltaica.


Tendencia de cumplimiento

La ya citada hoja de ruta de AEDIVE dice:

Siguiendo esta tendencia, en el último año el ritmo de implantación se ha acelerado: en 2023 se han instalado 8.777 puntos de recarga en España, casi un tercio de todos los puntos actualmente operativos. Supone un incremento del 40,7% con respecto a los datos de final de 2022. (REE & IDAE, 2019)

Son ritmos de crecimientos de doble dígitos, y además exponenciales. Manteniéndose estos ritmos podría ser posible que cumpliéramos con el AFIR.


El queso Emmental

La pregunta que tenemos que plantearnos aquí es: ¿Dónde se ubican estas estaciones de carga obligatorias cada 60 kilómetros? Y, ¿coincide la potencia ofrecida por la red eléctrica en la infraestructura de carreteras en estos emplazamientos? 


La situación puede visualizarse como un queso emmental, con queso donde coincide la red eléctrica con la de carreteras, y agujeros donde hay carretera sin red eléctrica, o sólo con escasa potencia. Donde hay queso podremos hacer estaciones de recarga con la potencia disponible, y en los agujeros que encontramos en los segmentos de 60 kilómetros tendremos que esperar a la red, o hacer autoconsumo.


Esperar a la red no es una buena opción, porque justamente la bondad del planteamiento de AFIR es que haya rutas continuadas.


El mundo visto desde el año 2050

Parémonos un momento y visualicemos el significado del cambio de paradigma del que se habla tanto en la transición energética de centralizado a distribuido. ¿Cómo estaríamos en España en el año 2050, partiendo de la premisa que habríamos materializado este paradigma y conseguido la transición energética a nivel de país? En términos globales significaría que habríamos internalizado unas importaciones energéticas en nuestro PIB. En este contexto recomiendo la lectura del Estudio de APPA, del impacto macroeconómico de las energías renovables en España.


Esta generación de 2050 en España la habríamos organizado de manera distribuida, de manera que habríamos aproximado al máximo la generación a su consumo, sacando el máximo partido del carácter modular de las tecnologías renovables. Esta generación distribuida, en el caso de los 150TWh de consumo eléctrico previsto para la logística, estaría generalmente en el mismo punto de su suministro.   


Las fotolineras

Hablamos de autoconsumo con puntos de carga de vehículo eléctrico asociado a generación fotovoltaica y, en su caso, eólica. Desde esta perspectiva irían complementándose las estaciones actualmente existentes con generación distribuida, y las estaciones en los agujeros del queso arrancarían de origen con generación distribuida, reforzándose con el tiempo con más interconexión en el sistema eléctrico.


Estas fotolineras situadas en los agujeros del sistema serán islas eléctricas conectadas en paralelo: instalaciones eléctricas con una potencia interna superior a su potencia de interconexión con el sistema eléctrico. Su generación asociada está reforzada con baterías para garantizar el suministro en sus puntos de carga pública.


¿Como serán los próximos 25 años?

No estamos únicamente en plena transición energética, sino que en el 2050 el mundo inevitablemente será diferente al de hoy. La crisis climática nos producirá disrupción del suministro energético si no tomamos medidas adecuadas. Lo dice la Agencia Europea del Medio Ambiente como conclusión de su primer análisis de riesgos del cambio climático para la Unión Europea. La AEMA, en su informe que publicó el pasado lunes 11 de marzo 2024, dice: Europa no está preparada para hacer frente al rápido incremento de los riesgos climáticos: Europa es el continente sometido a un proceso más rápido de calentamiento, y los riesgos climáticos amenazan su seguridad energética (···), las infraestructuras, (···) la estabilidad financiera (···), muchos de estos riesgos han alcanzado ya niveles críticos y podrían llegar a ser catastróficos si no se toman medidas urgentes y contundentes.”


El miércoles 31 de enero del 2024 compareció el director del FBI, Christopher Wray, e informó al Congreso de los Estados Unidos que sus infraestructuras eléctricas están entre los objetivos de los ciberataques desde China. Según Herfried Münkler, respetado analista alemán, estamos en un desorden geopolítico, donde podría surgir la Unión Europea como uno de los componentes de una pentarquía. El contexto geopolítico actual es altamente desafiante, dice también el economista Éli Cohen, uno de los referentes en el debate público francés, quién aboga por una política industrial centrada en asegurar la seguridad de los suministros esenciales de las economías europeas. En la reciente crisis energética en la Unión Europea, hemos sido testigos de intervención estatal en el mercado eléctrico, introduciendo el tope de gas para contener precios energéticos.


En general, vemos en la Unión Europea dificultades técnicas en los sistemas eléctricos nacionales que producen curtailment a los generadores (Alemania) y a los consumidores (Países Bajos).


Test de estrés

El pentágono estadounidense utilizó una nueva tecnología de distribución de datos y computación (hoy en día Internet) para desplegar una estrategia protectora contra ataques nucleares durante la guerra fría. La idea era relativamente simple, con una red distribuida, con núcleos independientes podría garantizarse la continuidad de las comunicaciones esenciales, aunque una parte importante se hubiera quedado indisponible por haberse consumado la amenaza.


La generación distribuida de electricidad responde, en general, de la misma manera a este tipo de amenazas ahora en forma de ciberataques indirectos a la red viaria.


La metáfora del queso emmental, comentado antes, también representa un cierto grado de sectorcoupling, creando ahora una dependencia de la red de carreteras de la red eléctrica, motivo por el cual un ciberataque a la red eléctrica podría afectar también la viabilidad de la red viaria. En este contexto, los agujeros del queso son una característica fortalecedora, ya que en estos lugares las estaciones de carga de vehículos son capaces de funcionar también de manera independiente de la disponibilidad de red, operando en el momento de crisis como elemento de desacople, aislando la red viaria del ataque a la red eléctrica.


La seguridad de suministro queda asegurada con la generación on site y como no presenta oferta en el mercado mayorista, a esta proporción de suministro no le afectan los precios exorbitantes del mercado que podrían producirse por tensiones geopolíticas al margen de tal ataque. La misma respuesta podría valer también si la indisponibilidad de la red eléctrica fuera consecuencia de otro acontecimiento, no relacionado con tensiones geopolíticas, como pueden ser restricciones técnicas, o la crisis climática, como indica la AEMA. 

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